Material de Montaña, Capas, Mochila... ¿Por dónde empezar?
Aunque no te lo parezca, no son pocas las cosas que debes tener en cuenta a la hora de salir a la montaña, material duro, la teoría de las capas, la mochila… por eso hay veces que puedes confundirte con algunos conceptos muy importantes a la hora de elegir el material más adecuado para tu actividad.
¿Por dónde empezar?
Debes ser meticuloso a la hora de elegir y preparar tu ropa de montaña, con ella debes ser capaz de crear tu propio “microclima”, usando ropa que te mantenga fresco cuando hace calor y confortablemente abrigado cuando haga frío.
Pero esto no quiere decir que compres lo más moderno, lo más ligero y lo más caro si no que adaptes el material lo mejor posible a tu tipo de actividad. Además, necesitarás una serie de material específico para cada tipo de deporte, aunque también es cierto que hay una base, tanto de teoría de uso, de lo cual te vamos a hablar ahora, como de material como tal, que puedes combinar en la mayoría de deportes de montaña.
Algunos de estos aspectos comunes sea cual sea tu actividad en montaña son los siguientes:
Ropa de montaña
En general, la ropa que vas a llevar la decidirás según la actividad, la época del año y la climatología. El secreto radica en llevar la mínima imprescindible para la protección y comodidad.
Tu principal objetivo será conservar la temperatura corporal interna del cuerpo, protegiéndote del frío y la humedad en unos casos, sin olvidar que el frío y la humedad no son provocados solo por los elementos externos sino también por tu propia transpiración, y del calor en otros, siendo igualmente peligroso para el organismo.
En cuanto a los materiales, son múltiples los que puedes encontrar en el mercado, pero no todo vale. No vamos a entrar a hacer una descripción porque sería tema de un artículo específico, que ya haremos, pero sí remarcar que debes huir de las prendas de algodón y aquellas que no sean transpirables.
La clave a la hora de vestirte para nuestras actividades en montaña reside en el sistema de capas.
Empezando por la capa interior y avanzando hacia afuera, tenemos, en primer lugar, la capa de trasmisión de calor, seguida de la capa aislante térmica (absorbedora y evacuadora de humedad), y por último, la capa protectora exterior.
Capa 1. Capa de trasmisión de calor o interior.
Su misión es transmitir la humedad que genera tu cuerpo con el sudor rápidamente y con efectividad hacia el exterior o a la segunda capa sin perder sus propias condiciones de aislante.
Incluso en verano esta capa puede ser muy importante.
Capa 2. Capa aislante térmica o intermedia.
Esta capa es la que realmente te mantiene abrigado, sólo la usarás cuando haga mucho frío o estés prácticamente parado. Es la que absorbe el sudor de la primera capa y lo transfiere al exterior. Es importante recordar que las prendas no calientan sino que evitan que se pierda el calor del cuerpo atrapando el aire que tú mismo calientas, por lo que en general, si hace mucho frío, es mejor que uses varias prendas que no una gruesa.
Capa 3. Capa protectora o exterior.
Es la que está en contacto con el exterior, es la primera barrera contra el viento, la lluvia o la nieve que te roba el calor tan costosamente guardado. Dependiendo del tipo de actividad y de la intensidad física de la misma deberá ser más o menos transpirable.
Algunas consideraciones generales sobre la ropa.
En el caso de que en tu salida tengas previsto pernoctar en un saco de dormir es importante que preveas llevar ropa seca. Dormir con ropa húmeda puede ser molesto, incluso muy perjudicial, dormir “limpio” y seco es excelente para los huesos y para la moral.
Esto debes aplicarlo con mayor rigor para la ropa interior y los calcetines. Nos gusta decir que “durante el día se pueden pasar mil penalidades pero si se cena y se duerme bien, al día siguiente podemos repetir”.
No es agradable que te pongas la ropa húmeda y fría por la mañana, pero una vez puesta e iniciada la marcha, entrarás en calor con rapidez. Es mejor esto que sudar toda la ropa.
Calzado de montaña
Como se suele comentar, un kilo en los pies es lo mismo que cinco en la espalda. Una afirmación no dada por datos científicos, sino por la realidad de la experiencia.
Es importante que uses un calzado cómodo y adecuado para cada tipo de actividad que realices, este elemento es el que te va a aportar el agarre y la sujeción al suelo y sobre el que trasmites toda la fuerza en tus desplazamientos.
Gorro de montaña
Somos grandes defensores de “jugar” con esta prenda en el equilibrio térmico. No hay ninguna prenda tan fácil de poner y quitar y que al mismo tiempo regule tu temperatura de forma tan importante.
Debes tener en cuenta que en ciertas actividades técnicas (arnés, cuerda, etc.) puede resultar complicado ponerte o quitarte ropa según las paradas, el viento, la vertiente, etc. En muchos casos bastará con ir poniéndote y quitándote un pasamontañas, gorro o cubre-cuello para solventar las diferencias térmicas.
Algunos autores indican que por la cabeza puedes llegar a perder hasta el 40 % del calor corporal debido a que se trata de una zona con gran irrigación sanguínea.
De aquí vienen algunas de nuestras frases favoritas al respecto:
- “Estómago lleno y cabeza caliente, garantía suficiente” (para dormir).
- “Si tienes frio en los pies, tápate la cabeza” (para dormir).
- “Parado, con la cabeza destapada y el cuerpo sudado, resfriado asegurado” (en las paradas).
- “Cabeza tapada en la bajada y destapada en la sudada” (en espeleología alpina y mtb).
Calcetines y plantillas de montaña
Seguramente dos de los elementos más olvidados.
Los calcetines deben ser elásticos, que absorban bien el sudor y te mantengan los pies abrigados incluso estando mojados.
Dos opciones básicas igualmente técnicas:
1. Calcetín fino + Calcetín grueso. El primer calcetín se suele usar para solucionar problemas de rozaduras y evacuación del sudor hacia la segunda capa. El segundo ofrece diversas funciones, tales como, adaptación del calzado, captura y eliminación del sudor, abrigo...
2. Calcetín específico. Intenta cumplir la funcionalidad del punto anterior utilizando un único calcetín con zonas de refuerzo, transpiración, etc.
Tienes que usarlos tan limpios como sea posible puesto que sucios aíslan poco, no evacuan sudor y aumentan la posibilidad de ampollas.
Las plantillas también tienen su importancia, aumentan el aislamiento (frío, calor, impactos, etc.) ya que cuando estás de pie, el peso de tu cuerpo comprime los calcetines, eliminando gran parte de sus propiedades.
Mochila de montaña
Junto con las botas, la mochila es el elemento de tu equipo que requiere más atención y cuidados. Una buena mochila, ajustada, cargada y llevada correctamente, se convertirá en una amable compañera, recordándola con agrado junto a los maravillosos paisajes y lugares que visites.
Explicar cómo comprar una mochila y cómo llevarla no es tarea fácil y menos con la gran variedad disponible para cada actividad, cada persona es diferente. Lo esencial de un buen diseño de mochila radica en la especificidad de la actividad a realizar, en la estabilidad y en la distribución del peso.
Todas las culturas del mundo, desde las africanas, hasta las asiáticas, pasando por las americanas o europeas, han intentado llevar la carga lo más cercana posible al eje del cuerpo y lo más alta posible. En África hay preferencia por llevar la carga sobre la cabeza, en Asía se prefiere sujetarla sobre los hombros mediante pértigas con cestos mientras que América o Europa se han usado durante siglos armazones de madera acoplados a la espalda.
Toda mochila deberá disponer de un cinturón lumbar que hará que todo el peso sea soportado por los fuertes huesos y músculos de las caderas más que por los hombros. Si transfieres el peso a las caderas en lugar de hacerlo sobre la espalda, podrás llevar la mochila con mucha mayor comodidad y eficacia.
Es bueno que la mochila tenga un acceso inferior, sobre todo en las de gran volumen, para que no tengas que desmontar toda la mochila cuando quieras sacar algo del fondo.
Las cremalleras deben ser de doble cursor, con buen agarre (incluso con guantes) y quedar tapadas. Puede ser útil pasar un cordino para mejorar el agarre con guantes. Los cursores deben tener un agujero por donde podamos pasar un cordino (a veces ya vienen con el cordino o similar), en caso de tener guantes será más sencillo abrirla y en ocasiones se puede acoplar un candado o elemento de cierre.
La impermeabilidad, resistencia, ligereza, número de compartimentos, etc., te ayudarán en la decisión final.
Es básico que cargues bien la mochila para aprovechar bien sus cualidades o para suplir sus defectos, pero es más importante aún si cabe, el regularla correctamente.
Para elegir el tamaño de la mochila:
1. El tamaño puede estar condicionado al tipo de actividad, de hecho si practicas diferentes actividades, es posible que acabes disponiendo de dos o más mochilas diferentes.
2. En el caso de las mochilas grandes tienes que valorar aspectos como tu altura, anchura de las caderas y hombros, armazón interno regulable, etc.
Para regular la mochila:
Lo mejor en funcionalidad y para no olvidarlo, siempre es de abajo a arriba.
1. Ajusta el cinturón lumbar por encima de las caderas y lo más apretado posible dentro de la comodidad.
2. Ajusta los tirantes de los hombros y la cinta pectoral de forma que la mochila se adapte cómodamente a tu espalda y no balancee al agacharte. El punto más alto de la parte rígida (armazón) de la mochila debe quedarte a unos 5 cm por debajo de la vértebra más prominente en la parte posterior del cuello.
3. Finalmente, si la mochila es de grandes dimensiones, dispondrá de unas cintas superiores de acercamiento que se deben tensar para mejorar la comodidad.
La otra parte fundamental, la técnica para llenar la mochila.
Si se trata de una mochila pequeña, es porque la actividad es de media jornada o tienes el apoyo de un refugio o similar, con lo que el material es poco y el acceso a lo necesario es rápido. No obstante, sirven los siguientes consejos pensados sobre todo para mochilas grandes:
- Empieza por hacer una rigurosa selección del material necesario para tu actividad, no olvides consultar el listado de material de montaña con 10 plantillas, y compartirlo con tus amigos
- Olvídate de los “por si acaso...”, sin olvidar la seguridad.
- Si tienes dudas, marca el material no usado en las cinco últimas actividades tipo y descártalo en las próximas salidas.
- Insistimos en que esto no debe afectar al material básico de seguridad.
La disposición del material se tendrá en cuenta por dos factores fundamentalmente, el peso y la frecuencia de uso que le darás a ese material. Así pues, no tiene demasiado sentido guardar el botiquín o la brújula en lo más profundo de la mochila ya que nos puede hacer falta en cualquier momento, o el saco de dormir a mano si tienes por delante toda la jornada.
1. En el fondo de la mochila y protegido de la humedad coloca el saco de dormir, la ropa de recambio y el aislante (con frecuencia fuera de la mochila pero preferentemente en la parte baja o lateral).
2. En la zona media y teniendo cuidado de que el peso se distribuya de forma simétrica, pondrás el material técnico, comida, hornillos, cacharros de cocina, etc. Siempre ubicando lo más pesado cerca del cuerpo.
3. En la zona alta y pegado al cuerpo colocarás el agua, y el material técnico más pesado (la cuerda, crampones, etc.).
4. En los bolsillos y en la seta de la mochila (compartimento superior), pondrás el mapa, botiquín, comida energética, impermeable, navaja, crema y gafas de sol, guantes, gorra, y todo aquello que pueda serte necesario debido a la variabilidad de la ruta o a la climatología.
Suele pasar que lo que más falta te hace se ha quedado en la parte inferior de la mochila, es muy funcional distribuir los diferentes materiales por bolsas de colores según se trate de ropa, comida, material, etc.
Espero que este artículo te haya servido de ayuda, tanto si estás empezando en el mundo de la montaña, o como recordatorio si ya eres un fiel practicante de algún deporte de montaña.
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Imagen: Freepik
Instructor de Progresión y Rescate Vertical para profesionales y deportes de montaña. Sus trabajos como verificador de EPI’s, perito judicial en accidentes laborales y deportivos y sus casi 4.300 alumnos formados le confieren una magnífica visión global del mundo vertical. Sus 38 expediciones deportivas por los cinco continentes le han valido el reconocimiento de Deportista de Alto Nivel por el Consejo Superior de Deportes. Autor de los blogs EsportVerd y Quipus, donde comparte toda su experiencia.
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